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Según este artículo de RRHH Digital, la economía mundial se está transformando a velocidad vertiginosa debido a la presencia de la IA en todos los sectores.

La inteligencia artificial (IA) está transformando la economía mundial a un ritmo imparable, pero la mayoría de las empresas siguen sin estar preparadas para que su personal se sume a esta transformación.

En una reciente encuesta realizada por Kyndryl, alrededor del 95% de los líderes empresariales confirmaron que están implementando la IA en múltiples aspectos del negocio. Esto no es una sorpresa, ya que llevamos casi dos años de creciente expectación en torno a esta tecnología. Lo que sí es sorprendente, sin embargo, es que el 71% de esos mismos líderes afirmaron que su personal no está preparado para aprovechar con éxito las posibilidades que ofrece la IA. Es más, el 45% de los directores consideran que sus empleados siguen mostrando reservas con respecto a su utilización. Se trata, en conjunto, de una desconexión alimentada por la falta de confianza y de estrategia.

Solo un pequeño porcentaje (14%) de las organizaciones, las pioneras en IA, están preparando a sus plantillas al tiempo que aprovechan esta tecnología para crecer. Más concretamente, están tomando decisiones estratégicas sobre el personal con el fin de abordar el cambio organizativo, la confianza en la IA y la falta de habilidades, y ya están observando beneficios para todos sus empleados.

El éxito de la integración de la IA no dependerá únicamente de los algoritmos o la infraestructura, sino también de la confianza. Y esta se construye a través de la transparencia, la comunicación clara, la formación continua y el empoderamiento de la plantilla para que se adapte al cambio, en lugar de temerlo. Se trata de encontrar el equilibrio entre la ambición y la practicidad, y comprender que los mejores casos de uso suelen provenir de las personas que están en primera línea realizando el trabajo, no de los altos cargos.

Hay medidas claras que los líderes pueden tomar para transformar la forma en que sus equipos interactúan con la IA y ayudar así a crear una cultura en la que el cambio se perciba como algo emocionante, no como una amenaza.

La confianza se gana con transparencia

La confianza es la base de cualquier transformación exitosa y debe construirse desde cero. Sin ella, incluso las herramientas de IA más sofisticadas tendrán dificultades para ganar una tracción significativa. Para lograrlos, hemos de comenzar estableciendo una gobernanza responsable de la IA, que incluye transparencia, supervisión y directrices éticas claras. El lanzamiento de campañas de capacitación de los empleados también ayuda a desmitificar la IA, ya que les permite ver de primera mano cómo puede mejorar, y no sustituir, el trabajo humano. Cuando es posible, proporcionar acceso temprano a las herramientas de IA puede ayudar a los trabajadores a adquirir experiencia práctica y a sentir que son parte de la transformación.

La capacitación puede tender un puente entre el potencial y el rendimiento

Realizar un análisis profundo de los sistemas relacionados con las personas puede proporcionar información sobre las habilidades que se tienen, las que se necesitan y cómo cerrar la brecha. Los programas de formación en IA por niveles, adaptados a diferentes funciones y grados de experiencia, así como la integración del aprendizaje en el flujo de trabajo, facilitan a los empleados el desarrollo de su comprensión de la IA y sus capacidades sin alejarse de sus responsabilidades.

La capacitación es más que una necesidad técnica: es una inversión cultural. Transmite a los empleados que se les valora, que su crecimiento es importante y que tienen un papel significativo en un futuro impulsado por la IA. Este tipo de inversión es esencial, especialmente cuando solo el 42% de las organizaciones afirman obtener un rendimiento positivo de sus iniciativas de IA.

Cerrar la brecha entre los líderes y los trabajadores

Una de las conclusiones más llamativas de nuestro informe es la desconexión entre el entusiasmo de los directivos y la opinión de los empleados. Mientras que los directores generales y los responsables tecnológicos ya están adoptando la IA, el 45% afirma que sus empleados siguen resistiéndose activamente a ella.

No debemos confundir esta resistencia con irracionalidad. Y tampoco podemos subestimarla. A menudo es una respuesta al miedo, la incertidumbre y la falta de claridad. Cuando los empleados no comprenden cómo afectará la IA a sus funciones, o si se sienten excluidos del proceso y de la conversación, la resistencia es una respuesta natural.

Los líderes deben afrontar este momento con empatía. Eso significa escuchar más, comunicarse con claridad y transparencia, e involucrar a los empleados en el proceso de transformación. También significa alinear los incentivos, reconocer los avances y celebrar los logros, por pequeños que sean, que generan impulso y confianza.

El camino a seguir

La IA ya está aquí y está acelerando la transformación empresarial, pero el éxito no vendrá definido únicamente por la velocidad. El factor diferenciador será la capacidad de las organizaciones para equilibrar la innovación con la intención, combinando la adopción de la tecnología con el fomento de la confianza, la alineación y la dotación de las habilidades adecuadas a los empleados.

En la era de la IA, el futuro no pertenece a quienes adoptan primero la tecnología, sino a quienes llevan consigo a su gente.