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10/04/2024
Requisitos para estimar la dimisión o abandono del puesto de trabajo

La dimisión o abandono del trabajador no requiere una declaración formal de voluntad, basta con que su conducta manifieste de forma clara e indiscutible su intención de poner fin a la relación laboral (TSJ Castilla La Mancha 15-2-24, EDJ 515639).

Trabajador que envía mensaje de WhatsApp a su responsable el domingo 19-2-2023, para avisarle que no acude a su puesto el lunes. Tampoco acude el martes 21, por lo que su responsable le requiere explicaciones por WhatsApp y el trabajador contesta que llamará por la tarde, pero no lo hace y tampoco responde a las llamadas. Ese mismo martes 21 ya está prestando servicios para otra empresa con contrato a tiempo completo. El día 6-3-2023 se reanuda la conversación, limitándose el trabajador a condicionar la firma de la baja al abono de 80 euros que entendía le eran debidos por las vacaciones de navidad, sin cuestionar, en modo alguno, una supuesta resolución unilateral de la relación laboral por parte de la empresa. A pesar de ello, presenta demanda por despido.

De acuerdo con la doctrina jurisprudencial existente, para estimar que existe dimisión del trabajador no se requiere que se ajuste a una declaración de voluntad formal, basta que la conducta seguida por el mismo manifieste de modo indiscutido su opción por la ruptura o extinción de la relación laboral. Es preciso que exista una voluntad del trabajador clara, concreta, consciente, firme y terminante, reveladora de su propósito, y si bien puede ser:

  • expresa: mediante signos escritos o verbales que directamente explicitan la intención del interesado;
  • tácita: manifestándose con hechos concluyentes, que no dejen margen alguno para la duda razonable sobre la intención de terminar la vinculación laboral.

Por ello, el abandono, materializado en una inasistencia más o menos prolongada del trabajador al centro o lugar de trabajo, no equivale mecánicamente a una extinción por dimisión. Se requiere que esas ausencias puedan hacerse equivaler a un comportamiento del que quepa extraer, de manera clara, cierta y terminante, que el empleado desea extinguir el contrato.

En este caso y teniendo en cuenta las circunstancias que concurren, se aprecia que el trabajador tenía la intención, no solo indiciaria, sino directa y contundente de abandonar por su propia voluntad el trabajo. Aunque no lo expresó así al empresario al ser cuestionado por sus ausencias, esta se deriva de forma clara por los actos contundentes conformadores de tal decisión, como la ausencia al trabajo, la falta de contestación a las llamadas del empresario, el inicio de un nuevo trabajo, y el intento de condicionar la firma de su baja a una deuda de 80 euros por vacaciones, sin cuestionar en modo alguno el cese de la relación laboral. En conclusión, el cese se sustenta en la dimisión del propio trabajador, no obedeciendo a una baja irregular de la empresa.