La solución para expertos en gestión de personas
El TS considera que en el caso en cuestión concurren las notas de dependencia y ajenidad en los 34 docentes que prestan servicios en la empresa, entendidas como la sujeción del trabajador a la esfera organicista y rectora de la empresa, aun cuando lo sea en forma flexible y no rígida (TS 8-2-23, EDJ 516888).
La empresa tiene como objeto social, entre otros, impartir enseñanza de formación técnica y especializada para personal de empresas en sus diferentes niveles. Para el desarrollo de su objeto social busca temáticas de interés y organiza y gestiona los cursos, el material didáctico, las aulas y la distribución de los horarios, en base a la demanda de los interesados. La empresa es la que fija a sus clientes las tarifas, precios y condiciones de los servicios ofertados, con los que contrata directamente, y les factura y cobra por los mismos. Asimismo, busca a los alumnos, entre otros medios, publicitándose en su página web oficial, en la que publica los cursos a impartir, su duración y las fechas de realización.
Los profesores imparten los cursos de formación en los locales del centro de enseñanza, como personal docente de éste, sujetos al jefe de estudios, y algunos sin contrato escrito y con las siguientes condiciones:
La ITSS inspecciona la empresa y, con estos datos, considera que los docentes son falsos autónomos y extiende acta de liquidación de cuotas a la empresa por falta de afiliación y alta de los 34 trabajadores existentes en la RLT.
Asimismo, para el TS concurren, sin duda, los indicios esenciales de dependencia con la fijación del lugar de trabajo por el empleador, el sometimiento a un horario, o la programación de la actividad por parte de la empresa. También aprecia la nota de ajenidad, por cuanto los profesores carecen de facultad alguna para fijar los precios, o participar en la selección de los alumnos. Tampoco consta que intervengan en el desarrollo del contenido de los cursos. Por el contrario, tanto el lugar de prestación de servicios, como los medios materiales, horarios y selección de los alumnos les viene impuesto por la empresa que es quien pone la organización académica necesaria para la prestación de servicios por los profesores, oferta los cursos al público, organiza los horarios y cobra los importes correspondientes. Además, la retribución, abonada formalmente bajo la fórmula de una factura mercantil, se corresponde realmente con un porcentaje fijo sobre el importe pagado por los alumnos, sin que conste que se les descuente los posibles impagos en los que estos últimos pudieren incurrir.